El rey de armas es un cargo oficial palatino que tiene encomendado el registro de los escudos heráldicos, el blasonamiento y conformación de los nuevos que se hubieran concediendo, la observancia de las leyes heráldicas y la expedición de certificados, «informes genealógicos (...) sobre el linaje, los apellidos y las armas correspondientes».[1] Es el más alto rango al que puede aspirar un oficial de armas.
Este cargo tuvo muchas prerrogativas y gran importancia en los últimos siglos de la Edad Media, especialmente en la organización de los torneos y en la formación de sus leyes.